domingo, 21 de septiembre de 2008

Nosotros no contamos.


Todas las veces que....


Te tropiezas con algún juguete o pelota del gato.

Te estas duchando y de repente tienes frío, y te das cuenta de que tu gato te a abierto la puerta del baño.

Estas casi toda la noche de una misma posición, porque tu gato se a colocado justo en medio de la cama, y te da pena despertarlo.

Tienes que mover los muebles mas pesados de la casa, porque tu gato a colado su juguete favorito debajo.

Desaparecen misteriosamente las pinzas de tender la ropa.

Quieres hacer una foto a tu gato y tienes que estar varias horas con la cámara en la mano, y para una foto decente has tenido que hacer por lo menos diez, y eso te a llevado un par de horas.

Llegas a casa y el gato se escapa al descansillo y tienes que salir corriendo escalera abajo o escalera arriba para atraparlo.

Ya es hora de ir a dormir y a tu gato le da justo a esa hora de empezar a correr como un poseso por todo el piso, y el jaleo no te deja dormir.

Decides leer un periódico o una revista, y tu gato se sienta justo encima y no te deja leer, y además te mira con ternura. Y tu te lo comerías a besos.

Antes de irte a trabajar tienes que dar mil vueltas para revisar que estén cerradas todas las ventanas de casa.


Tienes que colocar las alfombras de casa, porque tu gato las descoloca una y otra vez.

Hemos tenido que barrer alrededor de la gatera.

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